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Mostrando las entradas etiquetadas como JUDITH GALÁN

Todo tuyo de Judith Galán

LAURA. En pocos días, tres hombres irrumpen en la planificada y tranquila vida de Laura: un atractivo alemán, un vagabundo de mirada intensa y un joven informático. RAÚL. Su vida es complicada, comenzar una relación sentimental sería un acto egoísta por su parte, pero ¿será capaz de olvidar aquellos ojos azules? MARCOS. Intenta mantener algunos recuerdos de su infancia arrinconados en el olvido, pero estos resurgen cuando conoce a la única mujer de la que no debería enamorarse.  La recepción de un hotel, una orquídea color turquesa y un atardecer entre montañas. Tres narradores, dos historias de amor. Adquiere el libro en: Amazon.com Amazon.es

¡Héctor, Víctor no, Héctor! de Judith Galán

Héctor, dos años después de su divorcio, cree estar viviendo una vida perfecta: abogado de éxito, apartamento de lujo, fiestas nocturnas, whisky y sexo, mucho sexo… Naira, despistada e incapaz de recordar los nombres, está pasando por un momento algo complicado, pero el amor de su marido y su profesión como periodista colman su vida de felicidad. ¿Puede una historia de amor empezar sin un flechazo? ¿Y si cambiamos el orden de la fórmula amor-matrimonio-hijos? ¿Conseguirá Naira recordar el nombre de Héctor? ¿Conseguirá Héctor volver a ser el muchacho humilde que era antes de su divorcio? Dos años de castigo y un hermoso pueblo son las claves de esta divertida e insólita historia de amor. Adquiere el libro en: Amazon.com Amazon.es

Calcetines Rotos de Judith Galán

Ana es una diseñadora gráfica rigurosa y exigente. Aquel 7 de Junio corría por el aeropuerto hacia el control policial. Estaba especialmente nerviosa y no solo porque llegaba tarde, iba a encontrarse de nuevo con aquel agente de seguridad de ojos verdes que la perseguía con la mirada. Después de dejar sus zapatos en la bandeja, se percató de que volvía a llevar los calcetines rotos. De reojo pudo ver como él miraba sus pies y evocaba una ladina sonrisa. ¡No puede ser cierto!- pensó furiosa. En aquel instante el detector de metales comenzó a sonar y Ana fue apartada para ser sometida a un registro. Debía ser una mujer quién lo hiciera pero las palmas de las manos que estaban acariciando sus piernas eran masculinas ¡El agente de seguridad de mirada cautivadora la estaba cacheando! Una mujer bloqueada por un pasado que no consigue olvidar, un agente de seguridad comprometido, una casamentera con una interesante propuesta, un abogado encantador, una amiga ingeniosa que adora